Ese “luchar por luchar”, sin intención de vencer, solo alimenta al enemigo. Es vanidad disfrazada de causa. Egoísmo colectivo que […]

Ese “luchar por luchar”, sin intención de vencer, solo alimenta al enemigo. Es vanidad disfrazada de causa. Egoísmo colectivo que no construye libertad, sino más fragmentación. Esa es la programación: dividir para que nadie recuerde la Ley Natural, la verdadera fuerza que une a los humanos con su poder creador.

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